lunes, 10 de junio de 2013

Hoja de ruta.



Abro el buzón y me encuentro con las cartas. No pone publicidad electoral pero se nota a leguas que lo es. Por el fondo y la forma. Mucha casualidad que lleguen el mismo o en cercanos días varias sobres de la hermandad. Máxime cuando hasta hay quien pretendía mandar un boletín por domicilio.

Pero pasemos al contenido. El mismo perro con distinto collar. Aspirantes a hermano mayor metidos a vendedores de humo. Porque todos dicen lo mismo, queremos abrir la hermandad a todos, pero se ve que la tinta se les acaba y no acaban la frase, que viene a decir, que la hermandad estará  abierta a quienes piensen como ellos, porque por desgracia, una vez elegidos y hasta una vez haberte dicho en tu cara que tienes libertad para hacer algo, te darán el palo a las primeras de cambio. Y la culpa será siempre la misma, la juventud, que corre mucho y quiere los cambios ya. Excusas que todos conocemos. Y es que cuando buscan perritos falderos no se van a rodear de gente con ideas propias y encima buenas.

Papel mojado y sin haberle caído una gota. Porque se ciegan con los proyectos faraónicos. Mucho hacer pirámides pero nadie piensa en los que las construyen. Mucho llamarte hermano, pero no te sacan el cuchillo que te clavaron en la espalda.

Muy típico y muy tópico todo, por desgracia. Se echa en falta una hoja de ruta, un plan estratégico, un llámenlo como quieran, que sirva para establecer en qué punto se encuentra la hermandad y hacia dónde debemos dirigirnos. Sabiendo previamente que tipo de hermandad somos, que no tiene por qué ser la que siempre hemos conocido, y más si la hermandad atesora varias centurias a su espalda.

Pero llevar a cabo ese requiere de un esfuerzo y una capacidad y una importante cantidad de autocrítica, y debe ser tan ardua tarea que la gran mayoría prefiere seguir coleccionando Semana Santa tras Semana Santa, en lugar de hacer hermandad 364 días al año y cofradía uno tan sólo, aquel en el que hacemos estación de penitencia.

Pero por lo que se ve mucho debemos pretender. O quizás sea que el nivel sea muy flojito. Y así nos va.

Y encima pretenden que los votemos.

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